jueves, 1 de octubre de 2009

Un Real Madrid creciente

El Real Madrid está en obras. Es una evidencia. El juego del equipo no luce, no carbura, no fluye, o lo hace a destellos, que no es la aspiración máxima que se presume. La premisa es atacar, con mayor o menor verticalidad pero atacar. Es quizás lo mejor de este nuevo Madrid, que no especula.

De momento aparecen las individualidades. La gente se castiga por ello pues desearía que fuera el colectivo quien tuviera el protagonismo. Yo no lo veo así. Primer, conviene tener enchufada a la calidad diferencial porque si alcanzan su plenitud sin funcionar el equipo, es complicado que pierdan sensaciones cuando éste arranque del todo. De la otra forma, si fuera el conjunto quien funcionará bien y las individualidades quienes no, nos encontramos con un cuadro de ansiedad en piezas importantes que son las que tienen que decidir en el final de temporada.

Lo más positivo en este inicio de temporada del actual Real Madrid es su defensa, tranquila. Los hombres de atrás tienen hambre, ganas de despejar las dudas y no sentirse inferiores en la comparación con el potencial ofensivo. Varios partidos con la portería a cero les ha otorgado una seguridad impropia de cualquier zaga madridista históricamente. Además, el pivote Lass-Xabi Alonso es la pareja de mayor nivel en tareas de contención desde la marcha de Makelele. El trabajo de mediocampo, sin ser manual de escuela, es un alivio para Pepe, Sergio Ramos e incluso Marcelo, gente acostumbrada a recibir al rival en inferioridad numérica o en pleno repliegue.

Cosas a mejorar: el juego aéreo a balón parado en ambas áreas, la cobertura en la subida de los laterales, la transición defensa-ataque cuando se roba en campo contrario, los movimientos en juego estático de Benzema, el dominio del rechace en córners y faltas laterales, la rotación de Higuaín (necesita saber que es el segundo delantero, sólo por detrás de Benzema, y no de Raúl también).

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